El agua es un bien común y el acceso a un agua de calidad es un derecho humano fundamental que no fue reconocido por Naciones Unidas hasta el año 2010, después de muchos años de insistencia por parte de organizaciones sociales y políticas de todo el mundo. Se trata, por tanto, de un derecho básico e indispensable para la vida y la dignidad de las personas. Sin embargo, el sector del agua tiene también un gran interés económico global, dado que se trata de un servicio esencial, como lo son también la electricidad y el gas. En el mundo está tomando forma un creciente movimiento en favor de preservar el agua como un bien público y considerarla un derecho y no un negocio.

 

¿Qué ganamos con el agua pública?

  • Tarifas estables y transparentes.
  • Más inversiones y mejora tecnológica.
  • Calidad democrática y soberanía municipal.
  • Transparencia, control público y participación ciudadana.
  • Justicia social y políticas ambientales.